Arkanoid (1986): el rey de los rompebloques
En 1986, la compañía japonesa Taito lanzó Arkanoid, un título que revitalizó y transformó por completo el género de los juegos de rompebloques. Inspirado en el clásico Breakout de Atari (1976), Arkanoid no solo modernizó la fórmula, sino que la llevó a un nuevo nivel, añadiendo mecánicas frescas, un estilo visual futurista y un ritmo mucho más dinámico.
El contexto histórico
La década de los 80 fue una era de intensa innovación en los arcades. Aunque la idea de romper bloques con una pelota y una barra ya existía desde los tiempos de Breakout, Taito apostó por una reinterpretación ambiciosa que combinaba acción rápida, elementos de ciencia ficción y jugabilidad variada.
El resultado fue un éxito inmediato en los salones recreativos, que pronto se expandió a prácticamente todas las plataformas de la época, desde ordenadores como ZX Spectrum, Commodore 64 y Amstrad CPC, hasta consolas como la NES, pasando por conversiones para Amiga, Atari ST y MS-DOS.
La historia y la misión
Aunque los juegos de rompebloques no solían tener trama, Arkanoid introdujo un argumento de ciencia ficción: la nave espacial Vaus, una de las supervivientes de la nave nodriza Arkanoid, queda atrapada en una dimensión llena de estructuras misteriosas. El objetivo es abrirse paso destruyendo bloques para encontrar una salida y enfrentarse al jefe final, DOH, una extraña entidad con forma de cabeza de piedra flotante.
Jugabilidad y novedades
La esencia del juego sigue siendo la misma que en Breakout: mover la nave (que funciona como paleta) para hacer rebotar una esfera y destruir bloques. Sin embargo, Arkanoid introdujo varias innovaciones que lo hicieron único:
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Power-ups: Al destruir ciertos bloques, aparecían cápsulas que otorgaban mejoras temporales como multiplicar la pelota, agrandar la nave, ralentizar la velocidad o incluso un cañón láser para disparar a los bloques.
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Variedad de bloques: Algunos eran indestructibles, otros requerían varios impactos, lo que añadía estrategia y dificultad.
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Diseño de niveles: Cada pantalla presentaba patrones de bloques diferentes, lo que mantenía fresca la experiencia.
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Jefe final: Algo inusual en este tipo de juegos, Arkanoid incluía un enfrentamiento decisivo contra DOH al final.
Recepción y legado
Arkanoid fue un éxito comercial y de crítica, convirtiéndose en uno de los títulos más populares de Taito en los 80. Su fórmula sencilla pero adictiva lo convirtió en un clásico instantáneo, con una legión de seguidores en recreativas y en los hogares.
El juego dio origen a múltiples secuelas y spin-offs, como Arkanoid: Revenge of DOH (1987), Arkanoid Returns (1997) y diversas versiones modernas para móviles y consolas. Además, inspiró una avalancha de clones y derivados que cimentaron el subgénero de los “rompebloques” dentro de la historia del videojuego.
Conclusión
Arkanoid no solo rescató la idea básica de Breakout, sino que la reinventó, dotándola de personalidad, ritmo y profundidad jugable. Con su estilo futurista, sus power-ups y su icónica batalla final contra DOH, se convirtió en uno de los arcades más emblemáticos de los años 80 y en un referente eterno de los juegos de habilidad y reflejos.
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